El flamante gobierno de la Provincia del Chaco está mostrando una vocación de cambio en temas ambientales: la consolidación de una Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente que nuclee una agenda verde estratégica, integrando biodiversidad, agua, fiscalización, biocidas, ordenamiento urbano y rural en cuanto a dominio predial.
Pese a ello, hay dos observaciones de fondo que la Provincia está a tiempo de resolver para empezar con el pie derecho: Que esta repartición revista el carácter de Ministerio a fin de que el futuro del bosque chaqueño esté en las prioridades de la agenda provincial y nacional y de esta manera se pueda reforzar una tendencia alarmante de la cual, la Provincia del Chaco, es una de las principales responsables en nuestro país. Mayor jerarquía política, institucional y presupuestaria.
Integrar a la agenda de esta repartición el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, que estaría quedando enquistado en el Ministerio de Producción, Industria y Empleo, situación que en la práctica implica priorizar la explotación antes que su conservación.
La sociedad ha sido testigo de que en gestiones anteriores se han tomado con liviandad los permisos de desmonte, autorizando la deforestación de miles de hectáreas que siguen jaqueando al Chaco en su conjunto.
El Chaco Seco es la ecorregión más amenazada de la Argentina. Y el ordenamiento de sus bosques una de sus principales metas. Una gran parte de la sociedad tomará al número de hectáreas deforestadas en el Chaco también como un indicador de éxito de la nueva gestión de gobierno provincial.
El futuro del Chaco merece que se lo ubique en el podio de las prioridades de conservación. Estas dos medidas serán herramientas claves para lograrlo.
Foto: Parques Nacionales