Los pastizales: un refugio de biodiversidad amenazada.
Los pastizales naturales de la Argentina constituyen uno de los ecosistemas más amenazados del país. Sobre ellos se apoyaron las bases económicas y productivas de nuestra sociedad, a fuerza de un permanente reemplazo y modificación. Esto llevó a que la fauna original se vea gravemente afectada: el aguará guazú, el venado de las pampas y un número preocupante de aves, entre las que se encuentran la loica pampeana, el tordo amarillo, el yetapá de collar, la viudita dominica, varios capuchinos y el tachurí coludo (por nombrar algunos casos), encuentran en los últimos pastizales naturales un refugio imprescindible.
Los pastizales siguen siendo áreas con un alto valor productivo, están mayormente en manos privadas y la actividad que en ellos se desarrolla por excelencia es la ganadería. Sin embargo, incluso destinados al pastoreo, son ecosistemas florística y estructuralmente diversos, por lo que la conservación de sus valores naturales depende directamente del tipo de producción que allí se realice (los sistemas formales de Áreas Naturales Protegidas no pueden dar respuesta a esta necesidad): la estructura de la vegetación es modificada por la intensidad y la distribución espacial del pastoreo.
Desde el Programa Pastizales de Aves Argentinas, coordinamos la Alianza del Pastizal en el país, y otras actividades y acciones, como los censos de chorlos de pastizal, el análisis de los ensambles de aves de pastizal con diferentes tipos de manejo ganadero, la creación de reservas privadas en áreas de pastizal, la puesta en marcha de iniciativas de turismo de naturaleza en pastizales, etc. Pero la Alianza del Pastizal es el marco de trabajo más importante y ambicioso, que busca generar conocimiento para el buen manejo de los pastizales naturales a fin de mejorar la producción de carne, demostrando que es posible aumentar la rentabilidad económica del productor sin afectar los recursos naturales ni la biodiversidad del lugar.
Pastizales y sabanas de la Argentina: Un escenario clave para la ganadería y el desarrollo sostenible.
Los pastizales y sabanas de nuestro país han sido y son aún espacios claves para la ganadería. Pero además aportan una importante cantidad de servicios indispensables para el desarrollo sostenible: proveen agua de bebida y forraje para el ganado, mantienen el escenario para el turismo y la observación de aves, retienen nutrientes en el suelo, a ortiguan inundaciones y contribuyen a la reducción de gases de efecto invernadero.
La Alianza del Pastizal promueve prácticas ganaderas que aprovechan eficientemente los recursos que brindan los pastizales naturales, a la vez que garantizan su conservación. Y un pastizal natural sano, dador de recursos y servicios, es además un ambiente propicio para funcionar como refugio de la fauna amenazada. Pero además, en los pastizales ganaderos se desarrolló la cultura del gaucho, tan ligada a nuestra propia identidad cultural. Hoy, y a la luz de nuevas y avanzadas tecnologías, debemos darnos la oportunidad también de volver a algunas prácticas fundamentales de la ganadería que evolucionaron en nuestras pampas, de la mano del gaucho, y acompañadas del venado de las pampas, la loica pampeana y el tordo amarillo.