Las actividades humanas están generando cambios en el clima del planeta. Las aves como indicadoras de la salud de los ambientes, nos permiten conocer los impactos del cambio climático de manera rápida, reflejando cómo nuestras actividades impactan negativamente en la biodiversidad.
El aumento de la temperatura genera cambios en la dinámica y distribución de las aves. Afecta la composición de las comunidades, lo que puede tener fuertes implicancias sobre la diversidad en general y particularmente, pueden afectar de forma crítica a las especies que se encuentran en peligro de extinción. El aumento de la temperatura en solo 2°C incrementaría el riesgo de extinción del 30% de las especies en el mundo.
En la meseta patagónica durante las últimas décadas se ha registrado un aumento en las ráfagas de viento y la desertificación de lagunas, provocada por la disminución en las nevadas invernales. Estos factores afectan sensiblemente en los sitios de reproducción del maca tobiano.
Entre los efectos sobre los que ya tenemos conciencia está la subida del nivel del mar, la fusión acelerada del hielo polar y los glaciares, las sequias.
El diseño y ejecución de medidas de mitigación y adaptación ante el Cambio Climático se han convertido en parte de las estrategias necesarias para la conservación de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos que esta brinda.