El Macá Tobiano es una especie de ave que estuvo críticamente amenazada a nivel global, a un paso de la extinción. Para salvarla, especialistas criaron ejemplares en cautiverio. Ahora, años después de proteger la especie, unos pocos ejemplares criados desde huevo hasta juvenil, serán liberados en su ambiente natural dentro del país. Los pichones de Macá Tobiano nacieron en la Estación Biológica “Juan Mazar Barnett”, en Santa Cruz, y serán liberados en su hábitat natural.
Esta especie de ave fue descubierta recién en 1974, cuando el naturalista argentino Mauricio Rumboll halló ejemplares por primera vez en la Laguna de Los Escarchados, cerca de El Calafate. Desde entonces, su historia ha sido un vaivén de esperanzas y alertas. Inicialmente se creyó que estaba en grave riesgo de desaparecer, al conocerse apenas 150 individuos. Sin embargo, en la década del '90 la información recabada por la Fundación Vida Silvestre (FVSA) llevó a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a declarar que “lo inhóspito y alejado de su hábitat garantiza su protección”. Pero lamentablemente no fue así, y el ser humano, con sus impactos directos e indirectos, alcanzó también esos rincones.
MEn la temporada 2023-2024 se logró completar con éxito el ciclo con esta última especie, por lo que en la temporada 2024-2025 inició con altas expectativas. Video Cómo criaron a los Macá Tobiano en cautiverio Los primeros diez días son los más críticos: aceptar el alimento es una barrera vital. Esta fragilidad inicial también se observa en la naturaleza, lo que confirma que el desafío no es solo humano. Tras más de dos meses de cuidados tiempo completo, tres juveniles alcanzaron el peso ideal para ser liberados: más de 350 gramos en hembras y 400 en machos.
Y llegó el gran momento de la liberación. Pero esto también trae otras incertidumbres: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? La respuesta surge del trabajo colectivo entre las instituciones: ahorrarles su riesgosa primera migración, liberándolos directamente en los sitios de invernada del estuario del río Santa Cruz, junto a otros adultos que ya están allí. Los juveniles serán marcados con anillos rojos numerados, que permitirán hacer seguimiento cuando regresen a las mesetas.
Un punto de inflexión La cría en cautiverio puede cambiar el destino de la especie. Si bien la reproducción natural hoy es casi inexistente, los huevos no suelen faltar, aunque usualmente el viento impide su desarrollo. Recolectarlos y criarlos en condiciones controladas podría generar cohortes anuales de más de 50 juveniles, un refuerzo clave para la población silvestre.
Esta estrategia ya ha mostrado ser la solución a la conservación de otras especies en el mundo, como el Oso Panda o el Cóndor de California. Pero como en esos casos, para que esta estrategia aplicada al Macá Tobiano sea sostenible, es fundamental fortalecer los recursos disponibles, así como el entramado de alianzas entre las instituciones involucradas: el Programa Patagonia de Aves Argentinas, el Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz, la Secretaría de Estado de Ambiente, la Municipalidad de Puerto Santa Cruz, CONICET, Fundación Bariloche, ICFC, FCEN-UBA, entre muchas otras. Los ejemplares serán liberados en su hábitat natural.Los ejemplares serán liberados en su hábitat natural. El camino no está asegurado, pero por primera vez en mucho tiempo, hay una esperanza concreta de evitar la extinción del Macá Tobiano, un símbolo de Santa Cruz, de la Patagonia y de toda Argentina.